EL CAMINO DE LA PAZ ES LA ARMONIZACIÓN Y
LIBERACIÓN DE LA MADRE TIERRA1
Villavicencio
Meta, Colombia, 8 septiembre del 2017
Los Pueblos Indígenas
de Colombia que sobrevivimos y resistimos dignamente y que seguimos
siendo guardianes de la
Madre
Tierra, saludamos su visita a nuestro territorio y celebramos que
su peregrinar de esperanza y paz, sea un primer paso que contribuya hacia la construcción de una paz estable, duradera
y completa. Otros
Pueblos no han sobrevivido a estos
5 siglos de exterminio; en su memoria
también le saludamos.
Somos 103 pueblos
ancestrales, cuidadores de la Madre Tierra, de los bosques,
los ríos, las montañas, el viento, las lagunas, los mares, los pajaros, los animales grandes
y pequeños, las piedras, y toda la creación de la naturaleza. Para nosotros la tierra es sagrada,
es mujer, somos parte de ella y ella es parte de nosotros. Esa es la esencia de nuestra
espiritualidad.
Desde hace 525 años hemos
sufrido condiciones de injusticia, eliminación de nuestras espiritualidades y exterminio físico
y cultural, así mismo, la exclusión del Estado y el despojo
territorial son producto de un colonialismo apalancado en una evangelización impuesta y basada
en el desconocimiento, que en nuestros días
se traduce en afectaciones a nuestros
derechos humanos, comprometiendo con ello, la pervivencia de las diferentes culturas de los pueblos indígenas. También hemos sido víctimas
de las guerras que otros han traído
a nuestros territorios y de un “modelo económico, de desarrollo y de civilización” que no ve la tierra
como la Madre
y no trata a los demás seres
como hermanos, sino como una mercancía,
que se puede comprar, saquear
y vender. Hoy en Colombia
más de 63 Pueblos ancentrales nos encontramos en riesgo de extinción física y cultural1. Esto es motivo de dolor y desesperanza para
nuestros pueblos y debe ser motivo de preocupación
para la humanidad, en tanto que la diversidad de pensamiento y conocimiento
representa un patrimonio invaluable de todos.
Reconocemos que usted
en 2016, en su visita
a México, en nombre de la iglesia
católica, pidió perdón
por “el dolor,
el maltrato y la inequidad” sufrida
por los pueblos
indígenas, e invitó
a los Estados que también
lo hicieran por excluirnos,
menospreciarnos y expulsarnos de nuestras tierras.
En respuesta, ofrecemos
nuestra mano. Con nuestros principios de armonía, equilibrio, reciprocidad y respeto
por la vida, seguiremos aportado a la construcción de Paz y al Buen Vivir. Nuestros
mayores nos enseñaron que este territorio es un préstamo que nos
han hecho nuestros nietos. “Qué lo que ocurra
con la tierra ocurrirá a los hijos
de la tierra. El hombre
no tejió el tejido
de la vida; es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hicieré al tejido, lo hará a sí mismo”.
Queremos dejarles un legado mejor a nuestros hijos y este es nuestro
aporte a la humanidad. El camino es la defensa del TERRITORIO, la CULTURA,
la AUTONOMÍA y la UNIDAD.
Unimos nuestra voz
y voluntad como Pueblos Indígenas frente a la buenas intensiones manifestadas por su Santidad,
referidas al perdón por todos aquellos
hechos de colonización en nuestro Continente, los cuáles aún hoy día, traen consigo genocidio, etnocidio y ecocidio. La voluntad de perdón debe
estar soportada con hechos de los actores
en las distintas instancias de los Estados responsables del desmedro de los derechos
individuales y colectivos de las distintas sociedades, así como de los derechos
de la Pacha Mama. De esta manera,
garantizar la reparación, la justicia y la no repetición, es sin
duda,
el primer paso firme en el camino hacia la Paz, con un compromiso profundo y sentido
para volver a creer en la
palabra y florecer la esperanza.
Por ello, instamos a su Santidad establecer:
1.
Un diálogo
directo entre la espiritualidad de los pueblos
indígenas de nuestro
Gran Continente del Abya Yala y la visión del Cristianismo, en cabeza de su Santidad.
2.
Construir un modelo de gobernabilidad, justicia
y organización ambiental territorial, que respete
la visión y conceptos
de Buen Vivir de los
Pueblos Indígenas.
3.
Con el proposito de avanzar en dicho cometido, proponemos a su Santidad recibir
una Comisión de los Pueblos
y nacionalidades indígenas en el Vaticano, en el menor
tiempo posible.
Además, como hechos de reconciliación y reparación
con la Madre Tierra y con los Pueblos ancentrales consideramos urgente que:
·
Desde sus
pronunciamientos oficiales como
Jefe del Estado
Vaticano y Máximo
Jerarca de la Iglesia inste,
promueva y recomiende a los diferentes Jefes de Estado
para que reconozcan, garanticen y protejan
nuestros territorios ancetrales. Allí queremos desarrollar nuestras
espiritualidades, ejercer nuestro derecho a la autodeterminación, nuestra facultad de ser autoridades ambientales para seguir
cuidando la Madre
Tierra.
·
Asimismo, se promulguen en los distintos escenarios de parte de su Santidad, la definición y decisión de los
proyectos políticos y de la vida de los pueblos
originarios del Gran Continente del
Abya Yala, que conduzcan al reconocimiento y ejercicio de la libre
autodeterminación, y de nuestras formas
propias de gobierno, autonomía, jurisdicción, organización social y política, y se garantice nuestro derecho a decidir y definir nuestro
destino mediante el ejercicio legitimo del derecho
al consentimiento previo,
libre e informado.
·
Por otra parte,
es indispensable, que el Sumo Pontífice promueva y recomiende a los Estados
pertenencientes al continente del Abya Yala para que den cumplimiento efectivo a los distintos instrumentos jurídicos del orden internacional que existen
para la garantía de los derechos de los pueblos
originarios, tales como el Convenio
169 de la OIT, la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
y Naciones Indígenas y la Declaración Americana de Derechos de los Pueblos
Indígenas, entre otros.
·
Ahora que
Colombia ha logrado
firmar un acuerdo
de Paz. Es imperativo que
se nos incluya de manera
cierta y verificable y no
como una mera referencia o procedimiento, pues eso no fuimos en la guerra. Paz
significa implementación efectiva del
Capítulo Étnico. Es indispensable que se reconozca a la Guardía
Indígena y otros formas de protección como Actores de Paz y guardianes del territorio y de la vida, así como la protección a los
pueblos en riesgo dexterminio físico y cultural, como lo es el caso
del Pueblo Nukak
·
Finalmente, desde el territorio de los pueblos
originarios de Colombia, requerimos que su Santidad, Papa Francisco,
en su visita oficial a territorio
Mapuche – Wallmapu en enero de 2018, exhorte e inste al gobierno chileno a reconocer y proteger
los derechos territoriales, autonómicos y culturales en aras de garantizar la pervivencia de este
pueblo
originario.
Junto a usted
Papa Francisco, los
Pueblos Indigenas hacemos
un llamado a la humanidad para que protejamos y cuidemos la Madre
Tierra que nos queda y evitar su destrucción.
¡Todos los
hijos debemos honrar a nuestra Madre Tierra!
¡Sigan
contando con nosotros para la Paz, Nunca para la Guerra!
#PorLaPazyLaMadreTierra
#OrigiNaciones
#OrigiNations
#OrgulloIndigena
1 Este comunicado se suma a los diversos
pronunciamientos que desde la Cumbre de los Pueblos y Naciones Originarias del Abya Yala se han enviado al Estado Vaticano:
(i) Comunicado a la Santa Sede, El Vaticano, en el marco de la V Cumbre
Continental de los Pueblos Indígenas del Abya Yala,
La María, Piendamó, 2013, (ii) Comunicado de la Comisión Continental Abya Yala,
Equinoccio de Otoño, Septiembre de 2015, Territorios de la Nación
Lenape, Filadelfia, Pennsylvania, (iii) Comunicado sobre
el Desmantelamiento de la
Doctrina del Descubrimiento, Valle de Jovel,
San Cristobal de Las Casas,
Chiapas, México, febrero
2016 (iv) Carta
de los Pueblos Indígenas a su Santidad Papá Juan Pablo II, junio de 1986
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