Thursday, July 15, 2021

Acerca de la proclama Sentimiento de Anáhuac

Xinachtlacaliztli
Sexto Sol - Sixth Sun


Carlos Chablé Mendoza
15 de julio 2021


En relación al pronunciamiento y llamado hechos a través del escrito Sentimiento de Anáhuac, difundido para recordar el próximo 13 de agosto de 2021 la llamada Caída de Tenochtitlan, me permito hacer memoria y compartir estas palabras con quienes se sienten parte de los pueblos indígenas, con los que se han hermanado con nosotros y con las personas que simpatizan o se consideran aliados de nuestra lucha anticolonial, por libre determinación y autonomía. 


A la luz de lo ocurrido en Anáhuac recordamos que, en la Península de Yucatán, nuestros abuelos y abuelas protagonizaron y continuaron la valiente resistencia iniciada en territorio Maya en 1517, en lo que hoy se conoce como Quintana Roo.


Luego de la “caída” de Tenochtitlan en 1521, de la pretendida invasión y conquista de la actual Ciudad de México, los españoles regresaron a la Península de Yucatán para tratar nuevamente de vencer la resistencia Maya y conquistarnos. Venían con ellos ejércitos de pueblos originarios que se les habían aliado para vencer a los mexicas, pero aun así no pudieron establecer sus primeros asentamientos coloniales sino hasta después de 1540.

Y hay que mencionar que la parte suroriental de la Península se mantuvo como región irredenta a donde acudían a establecerse los mayas que no aceptaron la colonización ni la explotación que esta trajo e incluso había quienes llegaban a refugiarse hasta El Petén, actual Guatemala.

Así que con la llamada “caída” de Tenochtitlan no derrotaron a todos los pueblos. Después del 13 de agosto de 1521 la resistencia también fue continuada de diversas maneras por los sobrevivientes a las matanzas cometidas por los españoles y sus aliados en la Gran Tenochtitlán, una de estas maneras fue que los ancianos y ancianas mantuvieron la memoria, sabiduría y espiritualidad que transmitieron a hijos y nietos.


Si la Cicitlaquiahuitl (Lluvia de Estrellas Perseidas) alcanzará de nuevo su punto máximo este año antes del amanecer del 13 de agosto hay que destacar la importancia de este acontecimiento anual como parte del fortalecimiento de la identidad y memoria indígenas.


Bien dice el Sentimiento de Anáhuac: no somos pueblos conquistados ni derrotados, si la invasión y colonización continúan al igual sigue viva nuestra resistencia iniciada en 1517 y que ha tenido importantes manifestaciones como el levantamiento maya en Kisteil en 1761, el gran levantamiento maya iniciado en Tepich en 1847, que nos permitió recuperar territorio, vivir independientes y con gobierno propio.

Con este Levantamiento Maya de 1847, mal llamado Guerra de Castas de Yucatán, se establecieron asientos importantes de poder como lo fue Noj Kaaj Santa Cruz Xbáalam Naj y Tulum desde donde los cruzo’ob, cruces, gobernaron lo que es el actual estado de Quintana Roo. Podemos mencionar otros hechos de la resistencia maya como fueron los enfrentamientos de nuestros abuelos con las fuerzas mexicanas en Dzulá (1933) y Chemax (1976).

Así que, ¿cuál derrota? nunca hubo acuerdo de paz ni armisticio real después de la ocupación mexicana del territorio maya cruzo’ob en 1901, misma que lograron luego de varios intentos las fuerzas militares de los gobiernos yucateco y mexicano.

 



Existe razón y mucha en lo dicho en el texto del Sentimiento de Anáhuac que dice:

“Repudiamos, denunciamos, desafiamos la imposición violenta de la nefasta Doctrina del Descubrimiento a través de las Bulas Papales (1493)”,

y reitero lo dicho en mi carta abierta del 30 de abril de este año dirigida al presidente de México con motivo de su “petición de perdón” al pueblo maya por agravios cometidos en su contra durante la llamada guerra de castas de 1847:

“Usted ha solicitado al gobierno español y al jefe del Vaticano que ‘pidan perdón por los abusos, crímenes y atropellos contra los pueblos originarios’, en ocasión de que este año se cumplirán 500 años de la conquista de la antigua Tenochtitlan. De nada han servido esas solicitudes de perdón dirigidas a aquellos que aún tienen enorme deuda histórica con los pueblos indígenas. En este sentido, (recordamos) la deuda del Estado Mexicano es enorme y aún está pendiente de ser saldada, tan grande es esa deuda que para entender su magnitud hay que recordar que la legislación vigente, en éste y los demás estados-nación del continente, tiene como base las bulas papales alejandrinas que dividieron arbitrariamente el llamado "nuevo mundo" para obsequiarlo a gobiernos de España y Portugal. Esa acción ocurrida hace más de 500 años marcó el destino de los pueblos indígenas pues legalizaron y justificaron la conquista y etnocidio padecidos. Ahora, con el argumento de que las tierras son "propiedad de la nación" se siguen cometiendo invasiones y despojos. Por eso, ahora se dan casos en los que se trata como invasores a quienes nacieron y viven desde hace mucho tiempo en la ruta trazada para el llamado tren maya”.

El Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) que mencionan intentó separar a los pueblos originarios del norte de Anáhuac mediante la imposición arbitraria de límites. Y en esta parte del país con el Tratado Mariscal-Spencer, de 1898, también intentaron neutralizar la resistencia y separar de paso al pueblo maya con fronteras a modo. Sin embargo, seguimos siendo mayas, las fronteras no nos dividen y estamos en todos los lados y rincones de la Península de Yucatán y buena parte de la llamada Centroamérica.

 



Es tiempo de que proclamemos juntos el compromiso de luchar por una solución definitiva, con el espíritu de libre determinación y por la autonomía como Pueblos Indígenas para hacer justicia y buscar el resarcimiento por los daños que siguen causando la invasión y colonialismo con objetivo de impedir otros 500 años de destrucción de nuestra Madre Tierra.

No basta pedir perdón, existen todavía secuelas de la invasión y colonización, debe haber reparación, resarcir los recursos naturales, materiales y humanos de los que fue despojado el pueblo maya peninsular pues gracias a ese despojo y al etnocidio padecidos varias élites regionales, nacionales y extranjeras viven en una opulencia criminal.

Megaproyectos como el del tren en territorio maya, y otros similares impuestos en diversas regiones del país, van en el mismo sentido de invadir, despojar y destruir recursos naturales de nuestros territorios indígenas.

 

Carlos Chablé Mendoza es Cronista de Noj Kaaj Santa Cruz Xbáalam Naj, actual Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, México.

 


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IN ĪNEMATIYĀ ĀNĀHUAC - El Sentimiento de Anáhuac 13 Agosto, 2021


IN ĪNEMATIYĀ ĀNĀHUAC

El Sentimiento de Anáhuac

13 de Agosto de 2021

 

El 13 de agosto de 2021, hacemos un llamado a todas las Naciones Originarias sobrevivientes de los Pueblos Indígenas de Anáhuac a reafirmar colectivamente entre sí y al mundo en general de Cemanahuac los siguientes principios de legado y compromiso:

 

Como Pueblos Indígenas del Anáhuac, no somos pueblos conquistados. Rechazamos, refutamos y desafiamos la Narrativa del Patrón de que las afirmaciones de que la invasión colonizadora de los conquistadores españoles a nuestros territorios es algo más que simplemente eso: una invasión ilegal que continúa hasta el día de hoy con armaduras corporativas multinacionales y acuerdos comerciales. Contra esta invasión de 500 años, continuamos resistiendo, rebelándonos y reafirmando nuestro derecho a la Libre Determinación como Pueblos Indígenas, iguales a todos los demás pueblos.

 

Repudiamos, denunciamos, desafiamos la imposición violenta de la nefasta “Doctrina del Descubrimiento de la Cristiandad (1492)” a través de las Bulas Papales Inter Caetera (1493) como base legaloide que el Estado mexicano reclama para usurpar y violar nuestros territorios sin justificación moral o legal, plasmada en el concepto de Propiedad Originaria de la Nación que se instituyó a nivel nacional con la Constitución de México de 1917;

 

• Seguimos manteniéndonos en solidaridad histórica recordando y reafirmando colectivamente que los límites de nuestros territorios ancestrales como Pueblos Indígenas y Confederaciones de Naciones Indígenas de Anáhuac no están prescritos bajo ningún concepto colonizador o legaloide como la Doctrina del Descubrimiento de la Cristiandad, ni las fronteras internacionales impuestas con el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848);

 


• Proclamamos la fecha del 13 de agosto de 2021 como la fecha de una resolución definitiva y en espíritu de Autodeterminación como Naciones Originarias de los Pueblos Indígenas de Anáhuac, tomaremos las acciones necesarias para hacer realidad la justicia para nuestros Pueblos Indígenas, con el propósito de no permitir que pasen otros 500 años más de destrucción de nuestra Sagrada Madre Tierra.
 

Pueblos Originarios
en defensa de la
 Integridad Territorial de la Madre Tierra


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