Monday, January 24, 2022

El Salvador: EN EL XC ANIVERSARIO DEL GENOCIDIO DE 1932: NOVENTA AÑOS DE SILENCIO

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Honorable Asamblea legislativa de El Salvador:

Reciban un respetuoso saludo de las comunidades indígenas de Nahuizalco y el occidente de El Salvador y los hermanos indígenas radicados en el exterior. Nosotros, los sobrevivientes del genocidio de 1932, como pueblos indígenas que nos resistimos a morir, con todo respeto MANIFESTAMOS:


Que en el contexto del noventa aniversario del genocidio de 1932, considerado este uno de los peores genocidios de indígenas en América Latina, siendo éste un parteaguas en la vida nacional, nos preguntamos cómo en nuestro país se sigue guardando silencio sin que el Estado salvadoreño busque el esclarecimiento, la justicia y reparación a pesar de las recomendaciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU en este tema. Cada año, hacemos homenaje a nuestros muertos y cada año, las osamentas de los asesinados que fueron enterrados en El Llanito Izalco y otros lugares, salen con las tormentas como una denuncia fuerte de que aún no tenemos justicia ¿es que no somos seres humanos? ¿es que no somos salvadoreños?


Que, buscando el referido esclarecimiento, la reparación y la justicia, hace tres años, interpusimos una demanda ante la Corte Suprema de Justicia para que se investiguen los hechos, invocando el derecho a la verdad y el derecho a la reparación tal y como se plantea en la jurisprudencia de la referida Corte. Sin embargo, también la respuesta ha sido el silencio ante nuestra demanda. Varios de los abuelos que apoyaron este esfuerzo, ya partieron, pero los que quedan, que ya se acercan a los cien años, aún demandan justicia junto con el resto de las comunidades indígenas.


En este contexto, de cara al reconocimiento de los pueblos indígenas y la promoción de nuestros derechos y considerando que el Plan Cuscatlán del presente Gobierno incluye una Política Nacional de Pueblos Indígenas, respetuosamente PEDIMOS: 


1) Que se promueva el esclarecimiento del genocidio de 1932 y que se apoyen procesos de reparación y justicia en la medida de las posibilidades y que se forme una comisión para esclarecer lo sucedido en 1932.

2) Aprobar la Ley de derechos de los Pueblos Indígenas y su implementación inmediata como un acto de buena fe, y la Ratificación e Implementación del convenio 169 de OIT, ya que El Salvador es prácticamente el único país en Centroamérica que no lo ha hecho.

3) La garantía y protección efectiva de nuestros derechos como el derecho al agua y los recursos naturales.

4) Apoyo a nuestras abuelas y abuelos adultos mayores con una canasta básica, un fondo solidario, y promoción del apoyo a la mujer indígena, la niñez y adolescencia indígenas y demás grupos especialmente vulnerables de los pueblos indígenas.

5) Apoyo a proyectos habitacionales para las familias víctimas del genocidio de 1932.


Finalmente, y considerando esto como algo importante, queremos rendir homenaje a la memoria del Dr. Armando Bukele Katan (Que en Paz descanse), padre del Sr. presidente Nayib Armando Bukele Ortez, quien, como conocedor del tema, en repetidas ocasiones denunció el genocidio de 1932. El Dr. Bukele nos apoyó en la aprobación de la primera Ordenanza de Derechos Indígenas en Nahuizalco y gracias a ésta, continuaron ocho ordenanzas más en todo el país. En general, siempre tuvimos su desinteresado acompañamiento a muchas otras iniciativas en favor de los derechos de los pueblos indígenas, al igual agradecemos a organizaciones como Techantit en la diáspora por su apoyo incondicional en nuestra lucha y otras organizaciones mas.

Nahuizalco, 24 de enero 2022.



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A 90 años de la masacre los pueblos indígenas siguen siendo marginados y explotados

Por: Iván Escobar

Colaborador

 

Las poblaciones indígenas en El Salvador recuerdan este mes de enero, el 90 aniversario de la masacre indígena, ordenada por el dictador General Maximiliano Hernández  Martínez, en 1932, que dejó una lesión grande en la comunidad ancestral. A casi 100 años del etnocidio, los abuelos y abuelas siguen reclamando sus derechos, resistiendo y luchando contra la marginación y explotación de la que aún son víctimas.

 

¡Hasta cuándo nos van a responder, si yo estoy muriendo! Es una frase constante que expresan los abuelos sobrevivientes del 32´ en cada encuentro que tienen, nos comparte Pedro Rodríguez, originario de Nahuizalco y experto en la temática, quien añade que estas expresiones dejan en claro que hay una deuda del Estado salvadoreño con el pueblo indígena, en pleno siglo XXI.

 

Las poblaciones indígenas sufren desde la colonización de estas tierras la represión, persecución y ataque constante a sus derechos. En 1833, las poblaciones indígenas de los Nonualcos se rebelaron contra el Estado y las familias del poder económico ante la explotación que sufrían con la producción del Añil, una fuente económica importante en la colonia, pero que para las poblaciones indígenas sólo representó violaciones a sus derechos.

 

De la mano de Anastasio Aquino, líder indígena nonualco, la resistencia se emprendió y elevaron su voz, a cambio el Estado, les persiguió y asesinó, los calificó de enemigos.

 

Un siglo después, en 1932, las poblaciones indígenas cansadas de ser explotadas, marginadas y perseguidas, se levantaron en el occidente del país en medio de la crisis económica y social de la época, a partir de la caída de los precios del café, y los problemas emanados por la expropiación de las tierra ejidales y comunales. Nuevamente el Estado, de la mano con el gobierno dictatorial de Martínez persiguió toda voz crítica y organizada, y los acusó de vínculos con el comunismo internacional.

 

Los líderes indígenas Feliciano Ama, Francisco Sánchez, junto a otros líderes locales de occidente, sumaron su resistencia y acompañaron aquella lucha, que también impulsaba el partido comunista salvadoreño, a través de Farabundo Martí, quien fuera capturado el 19 de enero de 1932, junto a los estudiantes universitario Alfonso Luna y Mario Zapata, posteriormente ejecutados por el régimen acusados de alimentar la insurrección.

 

La insurrección en la noche de enero

 

Las poblaciones indígenas libraron una lucha en diversas poblaciones del occidente del país, sabían que estaban en desventaja armamentista, pero tenían el coraje y la decisión firme de luchar por sus derechos. Aunque el gobierno de turno ejerció una persecución generalizada en todo el país, que llevó a muchos indígenas a ocultar su identidad, su origen y el náhuat lo dejaron de hablar.

 

El libro “El Salvador, 1932”, de Thomas R. Anderson, relata los hechos, en el capítulo séptimo, en el cual recuerda los acontecimientos acaecidos en las poblaciones de Juayúa y Nahuizalco. “Entre el 19 y el 21 de enero comenzaron a llegar a la capital noticias alarmantes. El gobierno, que había decretado el Estado de sitio, se dispuso a la defensa de la ciudad, concentrando a la guardia; pero estos esfuerzos, como los de los comunistas tratando de detener la rebelión, fueron hechos con timidez. El país caminaba como un sonámbulo hacia el desastre”, vaticinó el investigador. Y añade, que el líder indígena Francisco Sánchez, figura considerada por las autoridades militares de turno como “radical” y “agresiva”, representó un bastión fuerte en la resistencia. “…era un campesino pobre, tenía bastante ascendencia entre los de su raza, y cuando le convencieron de que se uniera al movimiento revolucionario, arrastró consigo a toda la comunidad”, registra Anderson.

En el sitio sagrado El Llanito, en Izalco, cada año se conmemora a las víctimas. Foto de Iván Escobar/Archivo.

 

Las represas una nueva forma de represión

 

Hoy en días las violaciones a los derechos de las comunidades indígenas no faltan, “en 1883 expropiaron las tierras a nuestros abuelos”, hoy la pobreza, marginación, y la explotación de sus recursos naturales son las nuevas formas represivas.

 

“Aquí en Nahuizalco tenemos todavía lugares para nosotros sagrados, que están invadiendo las represas. En nuestro territorio hay siete represas donde se han posesionado de nuestros ríos, nos quitaron nuestros ríos, nos quitaron nuestros territorios, porque muchos abuelos no tienen tierra, se las quitaron con engaño”, recuerda Rodríguez. Y lamenta que el Estado, las autoridades gubernamentales no se preocupen por las necesidades básicas de las poblaciones indígenas. “El salvoconducto que les entregaron (en 1932) era para masacrarlos, en este momento no sentimos que hayamos avanzado”, valora.

 


Tátul Tecpan Itzalco

DECRETO

En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas decretado por la ONU, realizado el 9 de agosto del 2012, Los pueblos ancestrales del territorio Salvadoreño y la autoridad del gobierno natural, en representación de la comunidad de  Izalco, realizaron  un  conversatorio sobre la situación  de vida  que hoy en día viven nuestros comunidades.

Ante la conciencia de la humanidad;  Ratificamos que:  

Que a pesar de haberse negado la existencia,  el reconocimiento y respeto como pueblos indígenas en El Salvador, estamos presentes y por medio de este Tátul Tecpan Itzalco entregamos este mensaje de paz y justicia ante la humanidad y como aporte a la visita del relator de la Naciones Unidas  James Anaya.


Invocando el espíritu del creador y formador del Universo nuestro señor  Quetzalcuat en cumplimiento a este mandato ancestral de armonía y equilibrio, estamos comprometidos a seguir construyendo un mundo de paz, justicia y el buen vivir  con nuestra madre naturaleza.
 

Aun seguimos en la búsqueda de la paz y la armonía como pueblos indígenas a pesar del etnocidio / genocidio sufrido y nos proclamamos por la implementación de nuestra Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas adoptado por las Naciones Unidas  en Septiembre 13 del 2007.

Denunciamos las persecuciones y asesinatos de las ­­que han sido víctimas nuestros hermanos y hermanas, como defensores de la Madre Tierra y hacemos un llamado a la comunidad internacional para que condene estas atrocidades que lesionan la vida.



Tito Reyes Pasin,  Alcalde del Común de Izalco

Tecpan Itzalco, Abya Yala
Ciudad Izalco, América
Chicuase Ugti, Talxushimaco, Majtajti Yei Kalli
15 de agosto de 2012


LA REVINDICACION DEL MOVIMIENTO DE 1932

 "La matanza de 1932 marca una política de opresión hacia los pueblos indígenas que luchaban por sus derechos así como una política del entonces y gobiernos sucesivos de abolir a la identidad indígena. El terror causado por la matanza siguió viviendo en la memoria colectiva de los pueblos indígenas junto con décadas de marginación y la negación de la práctica de los pueblos indígenas de sus lenguas y de las otras manifestaciones de sus culturas diferenciadas."
 




1 comment:

  1. Si nuestros ancestros hablaran nos dirian: Porque hijos permiten tanto silencio, acaso no somos su raiz, acaso no les dimos la vida, acaso no les ensenamos a ser valientes, acaso se apenan de su sangre?. Despierten hijos del maiz, despierten hijos mios, despierten hijos del colibri. Despierten...........

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